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miércoles, 24 de marzo de 2010

Fracasó como jefe antidrogas Titular de la Primera

Calificar al director de la Policía, general Miguel Hidalgo, como el “primer cazador de narcotraficantes y lavadores de activos que hay en el país” ha sido un exceso del presidente de la República para defenderlo frente al escándalo del video de Youtube, pues la realidad demuestra que durante el presente gobierno y en la gestión del citado policía como jefe antidrogas, los cultivos ilegales de la hoja de coca se incrementaron escandalosamente y la producción de droga no sólo creció sino que se ha sofisticado.
Analistas del fenómeno de las drogas manifiestan, inclusive, que el narcotráfico está más fuerte que nunca en el Perú y que estamos en proceso de convertirnos en una sociedad altamente contaminada por su perniciosa influencia como México y Colombia, debido a la inacción del gobierno.
Jaime Antezana, investigador en temas de drogas y narcotráfico, señaló que las palabras del presidente son una exageración, ya que los esfuerzos de Hidalgo como máxima autoridad de la Dirección Antidrogas de la Policía (Dirandro), entre los años 2007 y 2009, fueron débiles e insuficientes para detener el avance y la expansión del narcotráfico.

Desde el año 1999, cuando el Perú registró 38 mil hectáreas de cultivos ilegales de hoja de coca, la producción de este insumo se ha incrementado en un 45%, pues en el año 2008 las áreas cultivadas alcanzaron 56,100 hectáreas, precisó.

Pero junto con esta tendencia ascendente en el cultivo ilegal de la hoja, se ha dado un cambio importante en la producción de droga, registrándose un incremento de 214% en la producción de clorhidrato de cocaína, que es la droga con mayor grado de elaboración, convirtiendo a nuestro país en el segundo productor a nivel mundial, después de Colombia. Antezana reveló que según reportes de la Organización de Naciones Unidas (ONU), el Perú pasó de producir 141 toneladas en el año 2000 a un total de 302 toneladas en el 2009.

La acción policial ha sido muy pobre en este escenario, pues el punto más alto del control traducido en el decomiso de cocaína tuvo lugar en el año 2008 con tan sólo 20 toneladas incautadas, de un total de 302 producidas.

El decomiso de insumos químicos, también registró en el 2008 un ínfimo resultado, a pesar de ser el punto más alto de los últimos años, con 860 toneladas intervenidas, frente a un total de 36 mil toneladas que llegan ilegalmente a la industria del narcotráfico, apenas un 2.5%.

¿Y los barones de la droga?

En los últimos cuatro años, incluida la gestión de Hidalgo, tampoco se han producido capturas relevantes, a pesar de haberse registrado por lo menos cinco grandes incautaciones de droga que estaba por salir al extranjero.

“¿Qué narcotraficante importante, relevante, ha sido capturado o investigado a raíz de estas incautaciones o de las investigaciones de lavados de activos?”, preguntó Antezana, para concluir en que la investigación de los barones de la droga que con toda seguridad operan acá, el seguimiento de las actividades de embalaje o envío, son inexistentes en el presente gobierno.
Para el especialista, el narcotráfico está más fuerte que nunca en el Perú y las acciones del gobierno y de la Policía sólo están dirigidas a golpear a los eslabones más bajos de la cadena, a los burriers y a los traqueteros, mientras la droga sigue saliendo cuantiosamente a los mercados de Europa, Asia y países de América latina. En menor medida, dijo, a Estados Unidos.
Antezana precisó que no se puede atribuir como éxitos de la gestión del actual director de la Policía, durante su responsabilidad en la división antidrogas, la captura del ex alcalde de Pucallpa, Luis Valdez Villacorta, pues ésta se produjo sólo después que se detectó en Holanda actividades de una de sus empresas, mientras que otro presunto “éxito” como el caso del empresario Fernando Zevallos, es una investigación que viene de mucho tiempo atrás, desde que el gobierno de los Estados Unidos lo incluyó entre los 10 narcos más importantes del mundo y es producto de la labor fiscal.
Alan García interfirió con investigación de la Policía

Al opinar que el director de la Policía, Miguel Hidalgo, es víctima de una persecución del narcotráfico, luego de ser descubierto en un aparente acto de infidelidad con una subalterna y utilizando un vehículo oficial, el presidente Alan García ha desacatado el artículo 118 de la Constitución que lo obliga a cumplir y hacer cumplir la ley y lo ha hecho con el afán de encubrir a un presunto autor de delitos que lo podrían llevar a ser separado de la institución policial.


Así lo señaló el abogado Miro Toledo, catedrático de la Escuela de Oficiales de la Policía, quien recordó que según el reglamento de la institución policial, el jefe policial ha cometido una serie de faltas que debían ser evaluadas por una comisión que debió haberse constituido al ser detectadas y que debió culminar su labor en un plazo de cinco días, culminado ayer.
Sin embargo, con su intervención, García ha interferido en la investigación que debió ser realizada por los tres generales más antiguos de la institución policial, es decir los generales de la Policía Arturo Dávila, Luis Rivera Álvarez y Dalmacio Zambrano Risco.

Según Miro Toledo, Hidalgo infringió los artículos 64º (falta muy grave) y 78º del Nuevo Reglamento Disciplinario PNP y 126º del Código de Justicia Militar y Policial.


Carece de éxito contra el narcotráficoRicardo Soberón, otro experto en materia de narcotráfico, dijo a LA PRIMERA que el gobierno no ha tenido ningún éxito relevante en la lucha contra el tráfico de drogas y las capturas importantes atribuidas al director de la Policía, cuando ejerció como jefe antidrogas, como las de los miembros de la familia Sánchez Paredes, del ex alcalde de Pucallpa, Luis Valdez, o el empresario Fernando Zevallos, dueño de Aero Continente, son casos complejos que involucraron la intervención de múltiples organismos y no sólo de la Policía.
A pesar de ello, dijo que ninguna de estas capturas reemplaza todo el mar de droga y de precursores (insumos) químicos que circula actualmente en el Perú.
El investigador indicó que en el Perú hay un franco incremento de los cultivos de hoja de coca en el VRAE (Valle de los Ríos Apurímac y Ene), el Alto Huallaga o el Monzón, así como en 19 microcuencas cocaleras que abastecen a productores y traficantes de hoja, pasta básica de cocaína e inclusive de clorhidrato de cocaína.
En este último punto, inclusive el Perú se está convirtiendo en un abastecedor más atractivo que Colombia, ya que puede ofrecer al mercado mundial de la cocaína una producción altamente calificada, sostenida y segura, mientras que en el país cafetero la salida es más accidentada debido a las operaciones de interdicción derivadas del Plan Colombia y a la alta militarización del territorio, explicó.
Soberón criticó que la política antidrogas en el Perú se reduzca a unos cuantos proyectos de sustitución de cultivos en San Martín, algunas inversiones en materia técnica y una fuerte publicidad en los medios. La incapacidad del gobierno en esta materia ha sido advertida por el Departamento de Estado norteamericano y por la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes en marzo del 2009, anotó.

Nos amenazan modelos Colombiano y mexicano

El avance del narcotráfico en el Perú está conduciendo a que en nuestro país se esté gestando un proceso de combinación de los modelos Colombiano y mexicano, en que los narcotraficantes no sólo ajustan cuentas entre ellos, sino que se enfrentan a la Policía, corrompen diversos niveles de la sociedad y se infiltran en la política, advirtió el especialista Jaime Antezana.
La mayor presencia del narcotráfico la vemos en las calles donde crecen las acciones del crimen organizado vinculado a este delito, como se aprecia en los nueve asesinatos por ajustes de cuentas que se han registrado en lo que va de 2010, mientras que en todo el 2009 esas ejecuciones ilegales totalizaron 12.
Dijo no tener dudas que el narcotráfico se infiltrará también en los cercanos comicios locales y regionales, e inclusive los generales del 2010, por la necesidad del narcotráfico de contar con “operadores políticos” para proteger sus actividades.


Esvieta Topovich

Redacción
fuente:laprimera

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