Poseída por la ira, Nedda Consuelo Girón Baglietto (34) mató de una acuchillada en el pecho a su conviviente César Arrieta Baglietto (40), quien, a su vez, era su primo hermano.
El crimen ocurrió en el pasaje Muñoz 175, interior 5, en el Rímac, el sábado, cerca a las 9:00 de la noche. Ese día, Arrieta, quien tenía empleos eventuales, llegó ebrio a su vivienda y le pidió dinero a su pareja para seguir tomando licor. La mujer le increpó su incumplimiento como padre, pues hace tiempo que había dejado de darle dinero para mantener a sus tres hijos.
Primero vinieron las lisuras y, luego, los golpes. Los vecinos no se metían, pues –según afirmaron– esta era una costumbre muy frecuente en el seno de este humilde hogar.
En un momento de cólera, Nedda cogió un cuchillo de cocina y se lo introdujo a la altura del corazón a su pareja. El hombre se desplomó y murió a los pocos instantes en presencia de su hijo de 15 años.
NO LO MATÉ. Frente al charco de sangre, la mujer fugó de la casa y se refugió en la casa de unos familiares. Antes, arrojó el puñal ensangrentado en un baño comunitario. A las dos horas del crimen, la Policía la detuvo y la condujo a la comisaría de Ciudad y Campo.
“Él (César) no ha muerto. Quiero verlo, me está llamando. No ha muerto. Yo no lo maté. Me están mintiendo”, expresó con cinismo, mientras era conducida a la sede de la Divincri Rímac para ser interrogada por el delito de homicidio. Trascendió que hoy sería puesta a disposición de la 31 Fiscalía Penal de Lima.
LLORAN SU MUERTE. Mientras los policías levantaban el cadáver para llevarlo a la morgue, sus familiares lamentaron su deceso. “Ellos (César y Nedda) eran primos hermanos, se enamoraron y vivían juntos. Esto es una tragedia”, manifestó Francisco Arrieta, papá de la víctima, quien se hará cargo de sus nietos.
fuente:peru21
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