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viernes, 9 de mayo de 2008

SOLDADOS DEL EJÉRCITO ENSEÑARÁN A LEER Y ESCRIBIR A ILETRADOS DEL VRAE


Personal del Ejército se sumó, a partir del mes pasado, a las tareas de alfabetización de los hombres y mujeres iletrados que radican en los pueblos ubicados en el valle de los ríos Apurímac y Ene (VRAE), informó hoy el director ejecutivo del Programa Nacional de Movilización por la Alfabetización (PRONAMA), Ángel Velázquez Fernández.“La tarea desinteresada es parte de un convenio suscrito con el Comandante General del Ejército Peruano, General Edwin Donayre Gotzch, y es muy importante para los iletrados del VRAE, integrado por hombres y mujeres de trece distritos de las regiones de Ayacucho, Junín y Cusco”, dijo el funcionario del Ministerio de Educación.Señaló que el objetivo del convenio es desarrollar acciones de capacitación entre el personal del Ejército, para que contribuyan a la erradicación del analfabetismo en el país, a través del PRONAMA.


El accionar de los efectivos del Ejército se suma a las tareas de atención que desarrollamos en esa zona, agregó Velázquez Fernández.El PRONAMA, hasta el momento, atiende en todo Apurímac a 20 mil 735 iletrados en mil 408 círculos de alfabetización, a 112 mil 590 en el Ayacucho, 22 mil 23 en Junín y 39 mil 574 en el Cusco.


El VRAE es una extensa faja territorial en la ceja de selva de las provincias de La Mar y Huanta (Ayacucho), La Convención (Cusco) y la provincia de Satipo (Junín), donde viven unos 160 mil peruanos, en su mayoría migrantes andinos y un pequeño segmento de población nativa pertenecientes a la familia de los Campas, Machiguengas y Asháninkas.Ellos pueblan las márgenes izquierda y derecha del río Apurimac-Ene, a lo largo de 400 kilómetros de territorio. La población analfabeta atendida será básicamente no escolar, es decir jóvenes y adultos, quienes una vez alfabetizados podrán continuar sus estudios en las instituciones educativas de Educación Básica Alternativa (antes nocturna) de todo el país.Anteriormente los campas ocupaban todo el valle del río Apurímac y vivían tranquilamente y felices, pero ante el avance de colonos, se vieron precisados a retroceder e internarse en la selva virgen.

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