Luego del impacto del satélite ruso y el estadounidense, investigadores de la NASA aún estudian la posibilidad de que algunas de las decenas de pedazos que dejó la colisión pueda afectar la visión del telescopio espacial Hubble.
AP. Científicos están siguiendo con atención los desechos orbitales dejados por el violento choque de dos satélites de comunicaciones uno estadounidense y otro ruso centenares de kilómetros sobre la superficie terrestre.
La NASA dijo que tomará semanas para determinar la magnitud plena de ese choque sin precedentes y determinar si otros satélites e incluso el telescopio Hubble están en peligro.
La colisión, que ocurrió el martes casi 800 kilómetros sobre Siberia, fue el primer impacto a alta velocidad entre dos naves espaciales, dijo la NASA.
“Nosotros sabíamos que eso iba a ocurrir eventualmente”, dijo Mark Matney, un especialista en desechos orbitales en el Centro Espacial Johnson, en Houston.
La NASA cree que los riesgos para la estación espacial internacional y sus tres astronautas son mínimos. La estación órbita unos 430 kilómetros por debajo del curso de colisión.
Un portavoz de la agencia espacial rusa Roscosmos, Alexander Vorobyev, dijo en el Canal 1 de la televisión estatal que “para la estación espacial internacional, en este momento y en el futuro cercano, no hay peligro”.
Tampoco deber haber riesgos para el transbordador espacial que iniciará una misión el 22 de febrero con siete astronautas a bordo, dijeron funcionarios, pero eso será revaluado en los próximos días.
Nicholas Johnson, otro especialista en desechos orbitales en el centro espacial de Houston, dijo que el riesgo de daños es mayor para el telescopio espacial Hubble y satélites que observan la Tierra, que están en una órbita más alta y cercana al campo de desechos.
La colisión ocurrió entre un satélite comercial estadounidense Iridium, lanzado en 1997, y un satélite ruso lanzado en 1993 y que se piensa no estaba funcionando. El satélite ruso estaba fuera de control, dijo Matney.
El Iridium pesaba 560 kilogramos y el satélite ruso casi una tonelada. Nadie tiene idea aún cuántos pedazos fueron generados por el choque ni las dimensiones.
“En estos momentos, definitivamente se están contando decenas”, dijo Matney. “Yo sospecho que van a contarse centenares cuando haya terminado el proceso”.
AP. Científicos están siguiendo con atención los desechos orbitales dejados por el violento choque de dos satélites de comunicaciones uno estadounidense y otro ruso centenares de kilómetros sobre la superficie terrestre.
La NASA dijo que tomará semanas para determinar la magnitud plena de ese choque sin precedentes y determinar si otros satélites e incluso el telescopio Hubble están en peligro.
La colisión, que ocurrió el martes casi 800 kilómetros sobre Siberia, fue el primer impacto a alta velocidad entre dos naves espaciales, dijo la NASA.
“Nosotros sabíamos que eso iba a ocurrir eventualmente”, dijo Mark Matney, un especialista en desechos orbitales en el Centro Espacial Johnson, en Houston.
La NASA cree que los riesgos para la estación espacial internacional y sus tres astronautas son mínimos. La estación órbita unos 430 kilómetros por debajo del curso de colisión.
Un portavoz de la agencia espacial rusa Roscosmos, Alexander Vorobyev, dijo en el Canal 1 de la televisión estatal que “para la estación espacial internacional, en este momento y en el futuro cercano, no hay peligro”.
Tampoco deber haber riesgos para el transbordador espacial que iniciará una misión el 22 de febrero con siete astronautas a bordo, dijeron funcionarios, pero eso será revaluado en los próximos días.
Nicholas Johnson, otro especialista en desechos orbitales en el centro espacial de Houston, dijo que el riesgo de daños es mayor para el telescopio espacial Hubble y satélites que observan la Tierra, que están en una órbita más alta y cercana al campo de desechos.
La colisión ocurrió entre un satélite comercial estadounidense Iridium, lanzado en 1997, y un satélite ruso lanzado en 1993 y que se piensa no estaba funcionando. El satélite ruso estaba fuera de control, dijo Matney.
El Iridium pesaba 560 kilogramos y el satélite ruso casi una tonelada. Nadie tiene idea aún cuántos pedazos fueron generados por el choque ni las dimensiones.
“En estos momentos, definitivamente se están contando decenas”, dijo Matney. “Yo sospecho que van a contarse centenares cuando haya terminado el proceso”.
fuente:peru21.com.pe
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