PUERTO PRÍNCIPE
Miles de personas deambulan sin rumbo por las calles de Puerto Príncipe buscando ayuda, mientras los socorristas trabajan a contrarreloj para buscar sobrevivientes, y la llegada masiva de ayuda internacional hizo colapsar el aeropuerto, que prohibió la llegada de más vuelos. En medio del caos y el olor a putrefacción, la desesperación va en aumento por la lenta llegada de la ayuda. En las últimas horas, el temor a las enfermedades, además de la falta de agua y de alimentos, agravaba la situación en una ciudad en donde los cuerpos siguen alineados por las calles esperando sepultura, tres días después del terremoto que la redujo prácticamente a ruinas.
POLVORÍN
El bullicio de las calles se ve a veces interrumpido por disparos. La falta de agua y de comida está llevando a los haitianos al extremo y los saqueos son constantes. “Si la ayuda internacional no llega, la situación puede degenerar rápidamente. Hace falta agua y comida urgentemente”, afirma Lucila, sentada ante la puerta de su casa junto a su familia.
Jean Malesta, una estudiante de 19 años, quien fue la única sobreviviente del colapso de su edificio, tampoco oculta su desesperación. “Hasta ahora no nos han traído nada. Necesitamos agua, comida, refugio, todo, pero estamos solos, mírennos. ¿Quién nos ayuda? Ahora, nadie”, dijo.
Ella y decenas de otros están bajo una carpa que levantaron en el parque que se encuentra frente al palacio del presidente René Préval. Su débil y paupérrimo gobierno está totalmente inequipado para manejar la crisis, sus funcionarios no se ven en ninguna parte en medio del caos, y la población se siente desamparada.
En el aeropuerto, los civiles se agolpaban con la esperanza de salir a toda costa de la ciudad. Para mantener el orden en el terminal aéreo, una fuerte dotación de militares de Estados Unidos tomó el control de la seguridad.Pese a que la torre de control estaba inhabilitada, socorristas procedentes de China, Estados Unidos y Francia, entre otros países, desembarcaron ayer en masa con toneladas de material de ayuda, haciendo colapsar el aeropuerto cuando más se necesita de su operatividad. “Vamos a enfrentarnos a un desafío logístico importante”, indicó, desde Ginebra, la portavoz de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU, Elisabeth Byrs. “De momento, los aviones aterrizan a ojo, es muy fastidioso y es un auténtico problema”, explicó la portavoz poco antes de que se anunciara la saturación del espacio aéreo haitiano.
MÁS AYUDA
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ofreció 100 millones de dólares de ayuda y todo el poder de su país para respaldar a los haitianos. “Al pueblo de Haití le decimos, con claridad y convicción: no serán abandonados, no serán olvidados”, subrayó Obama ofreciendo “todos los elementos de nuestra capacidad nacional, nuestra diplomacia, y la asistencia al desarrollo, el poder de nuestras Fuerzas Armadas y, lo más importante, la compasión de nuestro país”. Canadá, Francia, Alemania, Holanda, Rusia y España han ofrecido equipos.
Australia, Gran Bretaña y Japón son algunos de los países que han prometido varios millones de dólares en asistencia, mientras que el Fondo Monetario Internacional (FMI) anunció que suministrará, inmediatamente, 100 millones de dólares en ayuda de urgencia a Haití. También los países latinoamericanos, muchos de los cuales forman parte de la misión de paz de la ONU en Haití, comenzaron a enviar sus paquetes de ayuda y rescate. En la víspera llegó uno de los tres aviones peruanos con 54 toneladas de ayuda humanitaria.
El presidente del Consejo de Ministros, Javier Velásquez Quesquén, hizo entrega de la ayuda, mientras que las otras dos aeronaves tuvieron que aterrizar en Santo Domingo, capital de República Dominicana, a la espera de que el aeropuerto de Puerto Príncipe esté en capacidad de recibirlos.
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